“Cuando Lydia Coriat se propone empezar a trabajar en la clínica de esas afecciones lo primero que ubica es que, para implementar algún tratamiento posible, lo estrictamente médico no es suficiente; era necesario recurrir al saber de otras disciplinas especializadas en el desarrollo infantil: la fonoaudiología, la psicopedagogía, la naciente psicomotricidad, la psicología evolutiva…

Todavía en el Hospital de Niños, arma el primer equipo interdisciplinario. El primer profesional en ser convocado como colaborador fue un joven psicoanalista de la APA, José Waksman. (En la década del 60 la APA no había sufrido todavía ninguna división, era la única institución psicoanalítica).

Se comienza trabajando con niños pequeños (6 años, 5, 4…) pero rápidamente se registra que, pese a lo escaso de la edad, ya era demasiado tarde. Como muchos niños con síndrome de Down llegaban a mis manos deteriorados psíquicamente, sus familias perdida toda la fe y la esperanza, y resultaba inoperante el tratamiento, elaboré una técnica propia para iniciar el trabajo desde lactantes, dice Coriat. Así surge la Estimulación Temprana, aprovechando también –no hubiera sido posible de otra manera– el amplísimo conocimiento que, pocos años atrás había plasmado en su tesis de doctorado, Sistematización del examen neurológico del lactante, y que más tarde desarrolló plenamente en su libro Maduración psicomotriz en el primer año del niño.”

Extracto del artículo “La infancia en juego” – Diario “Página 12”

Elsa Coriat (4 de agosto de 2016)