“En nuestra práctica clínica, aún recibiendo al chiquito de recién nacido, también nos encontramos con que el principal obstáculo a trabajar es el psicológico, pero como de eso estamos advertidos desde el comienzo, y hemos venido construyendo las herramientas para operar allí, los resultados que obtenemos son distintos.

La Dra. Coriat advirtió de entrada esta dificultad. El primer profesional al que recurrió para colaborar con ella y aportar su saber fue un psiquiatra psicoanalista. A la Dra. Coriat se le ocurrió la extravagante idea —extravagante en ese entonces— de que lo que más trababa el desarrollo de un chiquito discapacitado no era el problema orgánico que lo afectaba sino el contexto psicológico en el que su vida se desplegaba.

En esa época —aún hoy para muchos— semejante afirmación sonaba a puro palabrerío, totalmente alejado de lo supuestamente científico. Pueden revisar casi cualquier libro de nosografía médica: a cada cuadro orgánico se le asignan determinadas características psicológicas.

Pero… ¿acaso no es así? No. Radicalmente no es así. Un sinnúmero de datos clínicos sobradamente demuestran que con los genes no se hereda nada que tenga que ver con la constitución subjetiva; en cada bebé eso se construye a partir del momento en que ve la luz.”

Extracto del texto “Tres décadas en Estimulación Temprana”

Elsa Coriat (1992)